Desde hace varias décadas se ha venido incrementando el
interés en proveer tanto actividades intelectuales como físicas para anclar la
práctica y el conocimiento de ingeniería en las mentes de los estudiantes. La
ingeniería inversa se ha utilizado satisfactoriamente para ayudar a los
estudiantes a identificar relaciones entre fundamentos de ingeniería y el
diseño de equipos, provee actividades prácticas para acoplar los principios de
ingeniería con las actividades denominadas “aprender haciendo” fomentando el
desarrollo de la curiosidad, la proficiencia y habilidad manual,
características deseables en un ingeniero.
La ingeniería inversa puede ser el inicio del proceso de rediseño de un producto, donde este es observado, desensamblado, analizado y documentado en términos de su funcionalidad, forma, principios físicos, manufacturabilidad y ensamblibilidad, entre otros; sin embargo su práctica debe ser planeada apropiadamente para que se puedan obtener los resultados deseados, ya sean estos de índole académicos o industriales, por lo tanto se requiere que sean formulados unos objetivos claros, se establezcan las guías apropiadas, se realice el alistamiento de los elementos de logística y, lo más importante, que exista curiosidad y el deseo de explorar los productos por parte de los participantes. Esta técnica puede ser aplicada a estudiantes de los primeros semestres, en este caso bien podría denominarse disección de productos.
En el video se presentan algunas imágenes de un ejercicio de disección de productos, realizado por estudiantes de primer semestre de ingeniería.
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GT 2015